Por regla general tendemos a pensar que la decoración de un espacio pequeño es siempre más complicada que la de un espacio grande, y que por tanto esta última es fácil de hacer.
Esta idea puede convertirse en una gran trampa, ya que la “tranquilidad” que puede darnos un gran espacio para introducir en él todo lo que se nos pase por la cabeza acaba en muchas ocasiones con una habitación abarrotada, cargada y carente de estilo.
Los retos en la decoración de una habitación grande están en lograr que todo combine y encaje de la mejor forma. Tenemos como ventaja el poder elegir muebles, camas, etc… de mayor tamaño, lo que nos dará más espacio y comodidad en nuestro día a día. Pero puede ser complicado encontrar los elementos necesarios para que todo el dormitorio quede cubierto al cien por cien.
Cubriendo el espacio sin sobrecargar con la decoración
Una de las claves cuando estemos amueblando nuestro dormitorio será la de conseguir que el espacio no se vea vacío o sencillo. Hemos de utilizar muebles amplios pero sin recargar el espacio. Encontrar el punto intermedio es de vital importancia para hacer de la habitación un lugar cómodo y relajante.
Al contrario de lo que sucede con los espacios reducidos, aquí no suele ser una mala elección añadir mesitas de noche a cada lado de la cama o algún mueble que nos permita añadir decoración extra sobre ellos. Igualmente optar por una cama de gran tamaño aprovechando el espacio es una estupenda idea, ya que además de aportar un extra de personalidad a la habitación nos regalará noches de descanso y comodidad.
Utiliza elementos decorativos según tu gusto para colocar sobre las mesitas.
Una de las mejores ideas que podemos tener para aprovechar el espacio extra de nuestra habitación es creando zonas diferenciadas con ambientes distintos, cada una de ellas destinada a una función distinta.
Por ejemplo, es habitual encontrar un rincón de lectura con una decoración pensada para relajarnos que puede incluir una mesita, una lámpara de ambiente, una pequeña estantería donde colocar algunos libros, etc…
Otra buena idea es la de la zona de maquillaje. Añadiendo un tocador, un espejo atractivo y algún elemento de decoración más femenino habremos creado nuestro rincón personal donde arreglarnos de la forma más cómoda.
Recuerda también que el color de los muebles y las paredes ayudarán a ampliar o reducir la sensación de espacio en el dormitorio. De esta forma los tonos oscuros hará que lo percibamos como más reducido, mientras que con los claros el efecto será el contrario.
Complementos como protagonistas de la decoración
Otra de las ventajas que tendremos es la de no privarnos a la hora de añadir complementos. De hecho podemos optar por convertirlos en los protagonistas del dormitorio.
El color de las paredes y los textiles que empleemos pueden dar un aspecto totalmente diferente a nuestras habitaciones.
Muebles como espejos, pies de cama, cómodas, etc… pueden salpicar la estancia otorgándole personalidad pero siempre cuidando mucho no sobrecargarla.
Las alfombras y otros materiales textiles pueden ser el toque final que aporte calidez y color al dormitorio.
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